lunes, noviembre 13, 2006

Pequeñas cosas


En estos días de asueto, en los que la seguridad social ha tenido a bien concederme, he aprovechado para colocar y revisar mis papeles y enredos varios, de los que soy buena coleccionista. Entre ellos aparecen, como no, poesias y otros laberintos de pequeñas cosas, de los que aquí doy justa cuenta; no es que considere la poesía ningún laberinto ,valgamé Dios. Alguien dijo una vez que la poesía no tiene adeptos, tiene amantes, y yo me considero una buena amante de la misma.



" Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido en tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día
Llegas como el rocio a las corolas,
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Enternamente en fuga como la ola."
(P.Neruda.)


Cuando yo muera,
seré un espíritu errante,
volaré sobre montañas,
sobre ríos y ciudades.

Viajaré más allá del horizonte,
recorreré civilizaciones,
buscaré aires limpios
y visitaré paraisos perdidos.

Atravesaré nubes y
surcaré los mares,
navegaré a través del espacio,
llegaré a la luna y me acercaré al sol.

Cuando yo muera,
abriré mis ojos a todo,
no huiré de nada
y acariciaré la vida que acaba.
(M.M)

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