No quiero ser presuntuosa, pero si me gustaría quedar aquí el testigo de aquella reflexión.
aquí se puede leer en la pag 76/77, de esta extraordinaria revista escolar " El Navegante", un comentario que hice de un libro que leí no ha mucho tiempo. La verdad es que llegó hacerme pensar y reflexionar sobre el tema aunque, bien es cierto que, en algún momento también llegó a emocionarme.
Como madre, esas experiencias me ponen la carne de gallina y te planteas que después de haber enseñado a tus hijos, o intentado enseñar, una forma de vida, una actitud ante las circunstancias de la misma, durante mucho tiempo, en un sólo momento todo lo que enseñaste o intentaste transmitir, se puede ir al garete rápidamente, si ellos no saben actuar en ciertos momentos. Sólo queda la información aunque no es una total garantía. Me pongo en el lugar de aquellos que tuvieron que vivir esas duras experiencias. Es cierto que detrás de cada persona hay, a veces, una dramática circunstancia, que desgraciadamente transmitimos a los más débiles.
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