Hay libros que te hieren, que te maltratan psicologicamente, espesos, de esos que tardas largos minutos en leerte una página porque el asimilarlos cuesta mucho; tienes que parar varias veces y elevar la vista, respirar hondo y aún así, continuas leyendo.
Eso me está ocurriendo con el último ejemplar que por casualidad ha caido en mis manos estos días, se trata de un trabajo editado por la Diputación de Badajoz, denominado "Espacios, lugares y personas de la Guerra Civil en la provincia de Badajoz". Nos acerca al conocimiento de la guerra civil en Extremadura, pero de distinta manera, a través de documentos sobre todo de los recuerdos de los que aún están aquí.
Se dice que la Historia estudia el pasado para conocer mejor el futuro.Creo que no es necesario escabar en ciertas heridas pero sí que es necesario recordar cierhos hechos que ocurrieron y que nadie quiere que vuelvan a ocurrir; por ello debemos tener una memoria histórica adecuada a la magnitud del pasado. La vida de una sociedad depede mucho de dos dimensiones: la memoria y el olvido, que parecen contrapuestos y que sin embargo, son complementarios.
La necesidad de contar experiencias a las siguientes generaciones, para que conozcan lo ocurrido y para nunca olvidar se puede palpar en los testimonios que este libro expresa, conjugando así historia y memoria.
Mi corazón y mi piel se ponen en lugar de esas personas, mujeres y hombres, y me recorre un sudor frio por todo el cuerpo, que aún sin conocerlos, me parecen tan cercanos. Lugares que hoy frecuentamos y parajes conocidos albergaron en su día cárceles, fosas comunes, trincheras y fortificaciones destinadas a personas que no merecieron humillaciones y asesinatos.
Eso me está ocurriendo con el último ejemplar que por casualidad ha caido en mis manos estos días, se trata de un trabajo editado por la Diputación de Badajoz, denominado "Espacios, lugares y personas de la Guerra Civil en la provincia de Badajoz". Nos acerca al conocimiento de la guerra civil en Extremadura, pero de distinta manera, a través de documentos sobre todo de los recuerdos de los que aún están aquí.
Se dice que la Historia estudia el pasado para conocer mejor el futuro.Creo que no es necesario escabar en ciertas heridas pero sí que es necesario recordar cierhos hechos que ocurrieron y que nadie quiere que vuelvan a ocurrir; por ello debemos tener una memoria histórica adecuada a la magnitud del pasado. La vida de una sociedad depede mucho de dos dimensiones: la memoria y el olvido, que parecen contrapuestos y que sin embargo, son complementarios.
La necesidad de contar experiencias a las siguientes generaciones, para que conozcan lo ocurrido y para nunca olvidar se puede palpar en los testimonios que este libro expresa, conjugando así historia y memoria.
Mi corazón y mi piel se ponen en lugar de esas personas, mujeres y hombres, y me recorre un sudor frio por todo el cuerpo, que aún sin conocerlos, me parecen tan cercanos. Lugares que hoy frecuentamos y parajes conocidos albergaron en su día cárceles, fosas comunes, trincheras y fortificaciones destinadas a personas que no merecieron humillaciones y asesinatos.
1 comentario:
En todo caso, siempre hay que tener presente que los testimonios van teñidos de emociones que pueden distorsionar la realidad...
Un beso.
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